lunes, 13 de febrero de 2012

Reforma laboral o como romper el equilibrio económico.

La reforma laboral propuesta por el actual gobierno de la nación ha provocado una serie de reacciones de rechazo general en toda la sociedad española. Es políticamente injusta y nos retrotrae a tiempos de la lucha de clases de antaño.

Pero hay una cuestión que, siendo lo anteriormente descrito grave, altera los principios fundamentales de la microeconomía. Me explico, en el sistema tradicional de la microeconomía existen dos actores fundamentales: los empresarios y los trabajadores. En este modelo el empresario asume el riesgo de inversión y recoge unos beneficios por esa exposición y responsabilidad. El trabajador por su parte recibe una compensación económica fija por ser un actor en parte del proceso empresarial.

El gobierno, con la nueva reforma empresarial, ha alterado las características de estos actores. El empresario asume mucho menos riesgos ya que tiene una tremenda facilidad para reducir las consecuencias de un fracaso, cargando estos riesgos sobre los trabajadores que ven seriamente limitados sus derechos en el proceso empresarial hasta el punto de tener siempre la Espada de Damócles del despido o en su defecto una bajada salarial.

Y es que ahora si a un empresario le va mal las consecuencias las asume, en casi toda su magnitud, el trabajador y, en cambio, si la empresa triunfa, el empresario se lleva incluso más beneficios ya que puede, con la herramientas que le da este gobierno, incluso reducir la asignación fija que recibe el trabajador.

Además de ésto, otro aspecto importante es que han inoculado un veneno letal entre los trabajadores. Con esta reforma y el protagonismo absoluto del empresario en todo el proceso el trabajador puede ser utilizado a antojo y llegar incluso a sembrar una competencia laboral que lleve a una precariedad laboral sin precedentes.

Y yo me pregunto ¿que objetivos realmente tiene esta reforma propugnada por el gobierno de la nación? Creo que lo único que pretende esta reforma es satisfacer las ansias de resultados de los mercados a costa de los ciudadanos.